domingo, 8 de junio de 2014

Historia del anime

El manga (las novelas gráficas japoneses) y el anime (la animación japonesa)

 Son la mayor contribución de Japón a la cultura global.
 Mientras que los estadounidenses tienden a ver a estas formas de 
arte como principalmente para jóvenes, los japoneses, con su
 cultura más orientada a lo visual, ven al manga y al anime 
como formas de arte al alcance de todos desde trabajadores 
asalariados de mediana edad hasta niños y mujeres de todas 
las edades. Aunque tanto el manga como el anime son productos 
del siglo XX, sus orígenes yacen en las formas tradicionales del arte
 japonés como el teatro kabuki y los grabados en madera.



Historia y desarrollo del manga


Algunos estudiosos remontan los orígenes del manga hasta el período Edo (1600-1868) de la historia de Japón, específicamente a el "kibyoshi", un tipo popular de libro ilustrado con grabados en madera. Estos libros consistían en contenidos estrictamente eróticos o humorísticos y presentaban humanos, criaturas fantásticas e incluso referencias a las celebridades de la época. El manga apareció en su forma actual después del final de la Segunda Guerra Mundial, y uno de los primeros manga más populares, "Astro Boy", apareció en 1952. A medida que la forma evolucionó, los temas aceptables se ampliaron desde los cuentos de robots de Astro Boy para incluir historias centradas en heroínas femeninas, tecnología, erotismo y hasta temas de no ficción como etiqueta para citas. Debido a que los libros de manga cubren tan amplia gama de temas, una gran parte de la población japonesa los lee; en consecuencia, el manga es un medio artístico muy influyente.

Desarrollo del anime

El anime evolucionó directamente del manga. Ya que el manga, al igual que su contraparte occidental del cómic, se narra de manera seriada y utiliza paneles, se transfiere bien a la naturaleza en serie de la televisión. En 1963, debutó en la televisión japonesa la primera serie de anime, "Astro Boy", basada en el manga del mismo nombre. La popularidad de los programas de televisión 
de anime a mediados de la década de 1960 llevó a aumentar 
las oportunidades para los animadores de trabajar en la industria cinematográfica. En la década de 1970, los estudios de animación 
producían principalmente películas basadas en programas de televisión 
de anime, pero con las décadas de 1980 y 1990, más material original 
encontró su camino en las pantallas de cine japonesas y, eventualmente,
 en las occidentales.
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